domingo, 12 de julio de 2009

DOMINGO XIII Tiempo Ordinario

“QUE LA ABUNDANCIA DE USTEDES REMEDIE LA FALTA QUE TIENEN LOS HERMANOS POBRES”.


San Pablo en la segunda lectura propone a los creyentes una norma de vida en lo que se refiere a la propiedad de los bienes materiales: La máxima igualdad en la posesión y disfrute de todos los bienes. Una comunidad de hombres en la que no existan irritantes desigualdades y en la que todos traten de que los bienes lleguen a la totalidad del grupo es, en el pensamiento cristiano, la sociedad a la que los creyentes han de tender con sus mejores empeños. ¿Cómo hemos de amar la vida, cómo aprendemos a ser solidarios? Escuchemos a san Pablo: “Pues no se trata de que por ayudar a otros, ustedes pasen necesidad; se trata más bien de que haya igualdad. Que la abundancia de ustedes remedie en este momento la pobreza de ellos; para que un día, la abun¬dancia de ellos remedie la pobreza de ustedes; así habrá igualdad”. Es falsa la idea de “caridad” que se reduce a dar sólo limosna. La caridad de Dios la encontramos en la vida de Cristo: “Por ustedes se hizo pobre, siendo rico, para hacernos ricos con nuestra pobreza”. Jesús con su pobreza nos ha dado la fuerza para cambiar las actitudes de las personas, para ver las cosas con los ojos de Dios y encontrar la paz que se fundamenta en la justicia y la igualdad. Mirar al necesitado como a un hermano. Un hermano que necesita a Dios, necesita escuchar el anuncio del evangelio. La fe es un impulso de vida porque nos lleva a compartir los dones que Dios ha puesto a nuestro alcance.

¡Cuán aleccionadora es la palabra de hoy!: "Dios no hizo la muerte ni goza destruyendo a los vivientes”. "Todo lo creó para que subsistiera”. "Dios creó al hombre para la inmortalidad”. Nos pueden sorprender estas palabras, pero debemos encontrar su sentido verdadero.
Hemos nacido para vivir en plenitud. Dios ha hecho al hombre y la mujer para que vivan de verdad. Para que superen, incluso el mal trago de la muerte, como un episodio pasajero.
Hemos sido creados para vivir. Por eso nos fastidia tanto esta vida nuestra. Porque tiene tantas limitaciones que parece más una muerte que una vida. Vivimos muriendo. Vivir es conocer, y amar, y relacionarnos, y crear cosas nuevas. Aprendamos a vivir de cara a Dios.

No hay comentarios: